Apuntes carnavalescos

Carnaval de Arrecife (Lanzarote) - 1979

Durante muchos años se ha estado repitiendo que el Carnaval había muerto, pero resultaba que ni había muerto ni es fácil que muera nunca, ya que se trata de unas fiestas enraizadas en lo más profundo del alma colectiva, desde una antigüedad anterior a la época romana, y que obedecen a motivaciones psíquicas misteriosas muy fuertes. Son unos cuantos días, apenas una semana, durante los cuales está permitido la transgresión de ciertas normas establecidas, de algunos de los patrones de comportamiento social. En este aspecto, el carnaval constituye una válvula de escape que permite resarcirse de las tensiones cotidianas, muy necesaria para muchos individuos que se sienten demasiado molestos dentro de los rígidos convencionalismos, las etiquetas y las hipocrecía que la colectividad ha juzgado preciso establecer para la buena marcha de la vida en común.
En la semana carnavalesca la persona se siente amparada por la impunidad que concede la máscara y muchos aspectos de su personalidad reprimida puede manifestarlos libremente, sin ninguna cortapisa. Es una especie de juego, con sus reglas aceptadas de buena gana en la que se juega a embromar, a confundir, a aparentar lo que no se es, o lo que se aparenta no ser en la vida cotidiana. El carnaval tiene aspectos orgiásticos, de transformación de la personalidad y, como bien se ha dicho: "La ocultación tiende a la transfiguración, a facilitar el traspaso de lo que se es, a lo que se quiere ser. Este es su carácter mágico".

Muchos carnavales hay famosos en el mundo y en otros siglos el de Venecia fue motivo permanente de inspiración de músicos, escritores, pintores, etcétera. Tal era su fastuosidad y desenfreno. Actualmente los más conocidos son los de Colonia, Niza, Río de Janeiro, que atraen cada año a millones de viajeros ansiosos de sumergirse en una especie de locura controlada y consciente.
En España, a pesar de haber estado oficialmente prohibido desde 1939, el carnaval no desapareció y bastantes localidades seguían fieles a su cita con "el rey loco". Localidades tan diversas como Almadén, en Ciudad Real., Tarazona de La Mancha, en Albacete., Casavieja, en Ávila., Toro, en Zamora, y Cádiz, este último el más acreditado de todos.

Hay regiones especialmente aficionadas a estas fiestas, como las Islas Canarias, donde se celebran en casi todas las localidades por pequeñas que sean. Con importante organización y características propias, figuran Puerto de la Cruz, Santa Cruz de La Palma, y sobre todo Santa Cruz de Tenerife, carnaval al estilo de Río en cuanto a muchedumbres participantes [...] otro carnaval canario [...] carnaval de Arrecife, la capital de la isla de Lanzarote [...] una ciudad sin muchos atractivos urbanos, pero con la llegada de las fiestas carnavalescas se transforma con una especie de fiebre que a todos contagia. [...]

(Fuente: 4.03.1979 - "El Carnaval de Arrecife (Lanzarote)" - Juan Ramírez de Lucas - ABC Madrid)

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